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Cómo ahorrar con la factura de la luz

Economía Sociedad & Cultura

La factura de luz puede convertirse en uno de los gastos domésticos más considerables si no se cuida el consumo. Al tomar algunas medidas sencillas en el hogar, es posible ahorrar más de 80 euros al año.

Asimismo, haciendo un uso racional de la energía, algo que resulta muy necesario y beneficioso para nuestro planeta.  
Aquí te mencionamos algunas acciones muy sencillas que permitirán reducir el consumo regular de energía eléctrica y, por lo tanto, ahorrar dinero. Un aspecto que gana importancia en estos días, donde cada euro cuenta.

Desenchufa los aparatos que no se van a utilizar

Aunque no estés utilizando activamente algún electrodoméstico, el hecho de que permanezca enchufado implica un consumo contínuo. Por tal razón, la factura de la electricidad se infla más de lo necesario.
Lo recomendable es desenchufar todos aquellos dispositivos que quedan en stand-by, como equipos de sonido, ordenadores, teléfonos, cargadores, etc. De esta manera, es posible ahorrar alrededor del 10? tu factura de energía eléctrica.
Explicado de otra manera, un consumo promedio de 3.500 kWh/año, representa unos 52 euros de ahorro. Si bien es cierto que ahora los equipos domésticos consumen menos energía que hace años, aun estando en stand-by, parece claro que este es un gasto innecesario.

Revisa la potencia que tienes contratada en tu tarifa

Algo que tiene un gran impacto en el importe de tu factura de electricidad es la potencia que contratas. Al año, un cliente promedio puede pagar alrededor de 50 euros por cada 1,15 Kw de potencia contratada.
Si en un hogar fácilmente se pueden utilizar al mismo tiempo varios dispositivos, es probable que se esté pagando por más potencia de la que verdaderamente necesitas.
Para saber cuál es la cantidad de potencia que se ajusta a las necesidades de cada quien, es necesario determinar cuánto gastan en energía cada uno de los electrodomésticos mientras están en funcionamiento. Esta información se puede encontrar con facilidad en las instrucciones de uso.
Después, hay que sumar en una calculadora el consumo de todos los equipos que se utilizan a la vez. A este importe, hay que agregarle una estimación de consumo por luz y de otros dispositivos de menor potencia. 
Este resultado servirá de referencia para saber si la potencia contratada está acorde o está excedida de lo que es realmente la necesidad de consumo.

Utiliza radiadores eléctricos de bajo consumo

Los radiadores eléctricos son una alternativa de calefacción sumamente práctica, ya que no requiere trabajos especiales de instalación. Bsta con enchufar y encender el equipo para disfrutar de sus bondades. Si no se cuenta con suministro de gas natural, es una maravillosa solución.
Actualmente, en el mercado es posible encontrar una amplia gama de modelos de radiadores de bajo consumo. Los beneficios de los radiadores de bajo consumo se perciben mejor en locales o viviendas cuyas necesidades de calefacción están en un rango medio, es decir, que no se encuentran en lugares de temperaturas extremas.
Muchos de ellos cuentan con diseños muy estéticos, ideales para contribuir a la decoración de la estancia. También existen los que cuentan con una tecnología que permite programarlos desde una pantalla digital.
Funcionan de una forma muy similar a los calefactores a base de aceite. Se fabrican en metal y se cuelgan a la pared para poder usarlos cómodamente y el calor sea distribuido de forma más eficiente.
Tienen una resistencia a través de la cual fluye la electricidad, lo que incrementa la temperatura y hace que el metal del radiador se caliente. De ahí, es irradiado al exterior, lo que ocasiona que la habitación se caliente.
Se dice que son de bajo consumo porque una vez que calientan, pueden apagarse y conservar el calor sin seguir consumiendo energía. Su uso es recomendable cuando se necesita calentar un ambiente durante un tiempo superior a las 5 horas.